El párroco de un pueblo manchego, herido al recibir un zapatazo en la frente
En la homilía del domingo, el párroco sostuvo que las mujeres que se habían sumado a la huelga feminista estaban «poseídas por un fistro vaginal».
Nada más pronunciar estas palabras recibió un zapatazo en toa la frente y cayó de espaldas.
Los fieles, lejos de auxiliarlo, abandonaron la iglesia en tumulto, no pudiendo ver quién salió con un solo zapato puesto.
El C.S.I. división mu’ mu’ lejano, sólo ha podido determinar que se trata de un número 37, bastante usado y cuya propietaria tiene un juanete. El talco Dr. Scholl, impidió tomar muestras de ADN.
«Amos, no me jodas», dijo un señor que paseaba con un gorila, «eso le pasa por meterse con pecadoras de la pradera».
*Yayo Nuevededos